domingo, 18 de abril de 2010

En la XIX Feria del Libro somos los primeros (de la Carrera)

Así es. La casualidad ha querido que nuestro stand de la XIX Feria del Libro de Granada sea el primero de la Carrera de la Virgen, si va en direccion de la Fuente de las Batallas al Paseo del Salón. En este estupendo emplazamiento, muy cerquita de la caseta de firmas, estaremos para atender a todos nuestros clientes y amigos del 16 al 25 de abril. Les esperamos con los brazos abiertos y una buena selección de títulos que puede completar en nuesta librería de la Calle Almona de San Juan de Dios, 15.

Saludos de Ginés y Bernardino, propietarios de Librería Nueva Gala.

(P.D.) Hemos ilustrado la entrada con esta imagen, pero teníamos más. Ver AQUI

Forman parte de nuestra historia reciente

Desde su inauguración, el 12 de noviembre de 2009, éstos son los autores que nos han honrado con la presentación de sus obras: Manuel Pimentel ("El libro de la escritura vital"), Cristina Pérez Valverde ("La memoria de agosto"), Antonio Martín Morales ("La caza del Nigromante"), Martín Favelis ("Planeta Favelis"), Juan Carlos Friebe y Jaime García ("Geometría del desconcierto: Las Bacantes"), David Romero Raposo ("Tras las huellas"), Neomar Bethencort ("De cuando los dragones bailaban con las sirenas"), Gabriel Pozo, ("Lorca, el último paseo"), Sonia Ruiz ("Daniela en cuarto menguante"), Carlos Almira ("Issa Nobunaga") y Julio Santiago ("Poesía depilada"). Muchas gracias a todos por habernos elegido.

sábado, 17 de abril de 2010

LLENO COMPLETO EN LA PRESENTACIÓN DE "LA MEMORIA DE AGOSTO"

(Para oír el fondo musical pulse sobre el icono altavoz)

Cristina Pérez pasará a la historia de Sala Cultural Nueva Gala por haber sido la primera escritora que, desde su puesta en marcha, llenó por completo este espacio y firmó más ejemplares. Así mismo, será recordada esta presentación por la exquisita intervención de Remedios Sánchez y de la propia autora que reproducimos a continuación:

AGRADECIMIENTOS

Quiero empezar dando las gracias al equipo de la Sala Nueva Gala, un estupendo proyecto literario y cultural que se ha convertido en referente clave en Granada, por invitarnos a presentar la novela, así como por todo el trabajo de la preparación y el cariño que habéis puesto en ello: a Ginés, a Bernardino, a Antonio Arenas, por tu reportaje, a Pacurri (Francisco Martínez), por tu presentación y por este maravilloso power point que nos has preparado.

Gracias, también,

- a Remedios, por tu presentación, y por tu gran apoyo, desde el primer momento en que te dije que estaba escribiendo esta novela: leíste el manuscrito, te encantó, has estado animándome, ilusionada con mi trabajo. A Mariluz, que a última hora no ha podido estar en la mesa por cuestiones personales.

- cómo no, a la editorial Almuzara, al sello Arcopress, y muy especialmente a Javier Ortega, mi editor, por enamorarse de La Memoria de Agosto. Inicialmente Javier iba a estar en esta mesa, y me consta que tenía mucha ilusión, pero por circunstancias personales no ha podido ser. También a José Arévalo, jefe de prensa de la editorial.

- a mi familia, a mi sobrino Pablo –que ya se ha ofrecido a darme ideas para los próximos libros–, y a los amigos incondicionales: este momento os pertenece a vosotros casi tanto como a mí. Habéis leído el manuscrito, tantas veces como os lo he pedido: Raúl, Juan Ramón, Elisa, Begoña, Rafa, Lola, Fali, Vilma, José Gilabert.

- a mis compañeros de trabajo, a mis alumnos y alumnas, los de este año, y otros de hace bastante, con los que ahora me une una buena amistad.

- a todas las personas que nos acompañan, y que tanto se han alegrado de ver culminado este proyecto: gracias por vuestras palabras de cariño, por emocionaros conmigo.

A todas, a todos, por estar conmigo en este viaje de la escritura y de la memoria.

Un viaje que de algún modo culmina ahora, pero que empezó hace unos cuantos años. Ha sido un recorrido intenso, porque escribir una novela es una labor muy gratificante, pero también conlleva mucho trabajo. Escribir es tan absorbente que llega un momento en que no hay más remedio que suspender temporalmente la vida real, la de fuera de las páginas, para entrar de lleno en la ficción y entregarnos a ese otro universo que va cobrando vida e, incluso, autonomía en el transcurso del proceso, y que nos reclama toda la atención. Por eso, os agradezco que hayáis sabido comprender esas ausencias necesarias.

¿POR QUÉ EL TÍTULO DE LA NOVELA?

La memoria es sin duda la gran protagonista aquí, memoria como almacén de recuerdos a partir de los cuales se desarrolla la narración: se nos está contando algo que ocurrió entre 1999 y 2003, y se empieza a narrar un año más tarde.

La memoria como la mediadora entre tres puntos: por una parte, lo que realmente ocurre en un momento dado (si es que realmente puede hablarse de que haya una verdad totalmente objetiva en los hechos), de otra parte entre el modo en que vivimos las cosas, y finalmente, entre el modo en que después las recuperamos. La memoria es caprichosa, pero sobre todo es cíclica y recurrente, salta, se mueve en espiral, y esa es la estructura que he querido darle a la novela. He pretendido recrear el modo en que funciona el pensamiento, que es recursivo, que vuelve siempre a sus propios lugares comunes.

Pero también memoria entendida como sinónimo de recuerdo, un recuerdo muy fuerte con el que arranca el primer capítulo. Se empieza a escribir un mes de agosto, y lo que se cuenta pasó el agosto anterior.

Dividimos el tiempo en años (el año laboral, el año escolar), y el año tiene estructura cíclica. Eso hace que nos planteemos el transcurso de nuestras vidas en forma de tiovivo, como una especie de ronda continua (decimos “hoy hace un año de”, “el año pasado tal…”). Y el primer capítulo empieza precisamente así: “Hoy hace un año que volvió a Riazor”.

Agosto, desde que estábamos en la escuela, se nos presenta como el mes en que suspendemos la rutina cotidiana (la vida queda un poco en barbecho). Un momento incluso para la reflexión. Un buen momento para escribir. En agosto, además, ocurrieron los sucesos con los que arranca la novela. Son fechas clave el día 10 –momento en que se empieza a escribir– , el 11 y el 12 de agosto, Santa Clara. Lo que pasó en esos días pervive, y persiste, en la mente de la protagonista, que lo rememora cada año.

Todo el primer capítulo nos cuenta, más que un encuentro, un desencuentro, una gran decepción. Pero esa decepción es la que provoca la necesidad de volver atrás para contar la historia, si ya no hubiera camino de retorno. Aunque quizás no sea tarde para volver atrás, y eso es lo que se quiere explorar. De ahí la cita de Antonio Machado, en el capítulo final: “Hoy es siempre todavía”.

¿PERO QUÉ PASA EN LA NOVELA?

La mujer que está recordando es Belén, tiene 34 años, y trabaja en una editorial de Granada. Está marcada por su relación con César, un psicoanalista quince años mayor que ella. Ese amor se fue forjando a través de un intercambio de mails, de correos electrónicos. Al escribirse empezaron a aparecer voces antiguas, una especie de fantasmas, que ellos no saben exactamente quiénes son pero sí tienen una sospecha, en una especie de escritura automática. Esto les hace pensar que su historia va más allá de ellos dos (que –como suele decirse– están predestinados).

Un punto importante en la novela es precisamente la relación entre el pasado y el presente, y aquí se funde la memoria individual con la colectiva. Cuando hablo de memoria colectiva estoy basándome en las ideas de Jung, que nos dice que más allá de la conciencia individual existe una conciencia colectiva, una especie de almacén de recuerdos de generaciones precedentes, de toda la historia de la Humanidad, al que nuestra mente tiene acceso en momentos puntuales.

Otro concepto clave en el sistema de Jung es el de las sincronías: esas casualidades que nos pasan a veces, que nos sorprenden y nos dejan pensando…, como hablar de una persona y al momento encontrárnosla por la calle. Esto lo voy a ejemplificar con una anécdota curiosa que pasó ya terminada la novela; además, el protagonista de esta anécdota, Rafa, está aquí para corroborarlo. Página 86, capítulo “Ligar en Ganivet 13”. Belén y sus amigas están en el pub, un grupo de jóvenes se les acercan. Y uno de ellos se apellida Iruela, es abogado, y tiene el despacho en la calle Recogidas, amén de otros detalles. Esto se escribe en torno a 2006. Ahora nos trasladamos al año 2009, me presentan a Rafa, me entero de que es un gran lector, le pido que lea el manuscrito. Unos días después recibo una llamada, y Rafa me cuenta que se ha quedado de piedra, porque está leyendo y de pronto se encuentra a un personaje cuyos datos coinciden exactamente con los suyos: nombre, profesión, dirección de trabajo y no sé cuántas otras cosas más. Sin que yo lo conociera a él, por supuesto, cuando creé al personaje. (Pero ojo que Rafa es mucho mejor persona que los tipos de este episodio…) Pues toda la novela está cuajada de estas coincidencias inquietantes. En la historia de César y Belén se dan muchas casualidades significativas (nombres que se repiten, evocaciones comunes), y es por eso que creen tener un vínculo que viene de otras vidas.

Por todo eso extraño que le está pasando, Belén se plantea explorar el sentido de los azares. Empieza a indagar en la historia de su familia, y –sin revelar mucho–, diré que descubre un patrón que se repite en cada generación, en la vida de todas sus antepasadas. Esta es parte de la intriga de la novela: hay un misterio que se va resolviendo (nos remontamos a la guerra de Cuba, a antes incluso, al siglo XVIII).

Pero la relación con el pasado va más allá de la historia familiar: en la trama tiene un papel clave un cuadro de Rubens. Es el “Retrato de una dama de la infanta Isabel”. Belén se parece a la mujer del cuadro. Este cuadro siempre me ha intrigado, porque se desconoce la identidad de la posante, que no ha podido ser identificada a ciencia cierta por los estudiosos del pintor. Estuve investigando sobre el tema, y llegué a una conclusión bastante impactante sobre quién puede ser esa misteriosa joven, que se descubre al final.

De todas formas la mayor parte de la acción se desarrolla en la Granada actual. Se habla de personajes locales, ficticios por supuesto, de restaurantes, de calles… Aunque también es cierto que la idea del viaje es una constante. Hay un recorrido geográfico por distintos puntos en que se encuentran los protagonistas, y también viajes en el tiempo, como ese momento en que están en la estación del tren y se abre una especie de grieta en el tiempo para dejar paso a un paisaje decimonónico, se vuelve atrás, hacia los siglos XIX y XVII.

Además, la historia principal está salpicada de pequeñas historias. Es la idea del fractal, que en física es un objeto autosimilar, cuya forma se repite a distintas escalas; es decir, sus partes tienen la misma forma que el todo, como la planta del helecho: si la miramos por el microscopio observamos que las ramas son iguales a las hojas, y las hojas tienen la misma forma que las pequeñas partes de que están compuestas.

Crecemos, crecí escuchando historias. Los cuentos de hadas, los libros infantiles, los relatos de las abuelas, los cotilleos, las películas… Todas esas historias que escuchaba de pequeña reaparecen en este libro: relatos sobre el amor, sobre el mal de amores en las canciones populares, el sueño truncado de una película que me marcó de adolescente: Esplendor en la hierba, y, sobre todo, la lectura de Jane Eyre de Charlotte Bronte, referencia intertextual básica. Hay un paralelismo entre César y el señor Rochester de Jane Eyre, que se concreta en la figura de la primera esposa, la loca encerrada en el ático. Incluso había una historia gótica insertada en el relato, que iba escribiendo la propia Belén, y que finalmente decidí sacar porque dificultaba el ritmo de la lectura, pero que se publicará de forma independiente.

Se puede decir, por tanto, que la base de la novela es una historia de amor, o mejor dicho, historias sucesivas a lo largo del tiempo, que parecen ser siempre la misma. Y esto enlaza con la pregunta que más me han hecho:

¿QUÉ TIPO DE NOVELA ES?

Catalogarla de novela de amor… no lo sé, el amor forma parte de la vida, y lo que me interesaba era recrear lo cotidiano –teniendo en cuenta que lo cotidiano, muchas veces, es bastante insólito–. Quería escribir sobre lo que nos pasa por dentro mientras la acción se desarrolla fuera. Cómo las personas encaramos la vida, interpretamos los acontecimientos. Lo que nos planteamos: el por qué ocurren las cosas, el alcance de nuestra acción, las pasiones y cómo a veces nos trastocan o lo recolocan todo. En este sentido, me gusta la idea de un estudioso de la ciencia del caos, Prigogine, que dice: “del caos nace el orden”. La vida, como el mar, tiene momentos de calma y otros turbulentos. Lo importante es salir a flote.

Digamos que, utilizando una expresión de Thomas Pavel, no es escritura de la aventura (en tanto acción trepidante), sino que es meterse en la aventura de la escritura.

ESTRUCTURA Y ESTILO

Porque más allá de la historia que se cuenta, de la trama, está el modo en que se presenta. Y esto me interesaba mucho: explorar los límites del género, de la narrativa, de la ficción, qué significa el hecho mismo de escribir, cómo ficcionalizamos la vida, pero también la manera en que vivimos nuestras propias ficciones en el día a día: nos montamos historias todo el tiempo. Creo que, en última instancia, la novela trata sobre el hecho mismo de escribir. A este tipo de literatura se le llama hoy en día metaficción. Voy a leer al respecto un pasaje, el principio del capítulo quinto:

    Cuando llegaron a la habitación les llamó la atención un pequeño volumen. Recogía los relatos finalistas de un concurso patrocinado por la cadena del hotel. Es curioso cómo los acontecimientos impulsan, a veces, hacia donde secretamente se quiere ir. Porque fue entonces cuando le sobrevino la idea de novelar su historia….

    (salto)

    … ella se detiene en los nombres propios; envidia, de algún modo, a los desconocidos cuyas ficciones han logrado ver la luz. Cincelaron sus artificios, destilaron sus verdades, y en algún momento sus pequeños monstruos se separaron del cuerpo base para cobrar entidad autónoma, esporas autorreproducidas capaces de llegar a mil lugares remotos –de hacerse un hueco, incluso, en la secreta realidad de dos amantes, elocuentes testigos coladas de soslayo en una habitación de hotel–; dispuestas a sobrevivir a la célula madre y seguir dispersándose ad infinitum, ejerciendo un efecto imprevisible (y a veces inconstante) en el entorno.

    Y rescatar lo que viven empieza a convertirse en una necesidad imperiosa: la historia-espora dejará entonces de pertenecerles y pasará a formar parte de un medio compartido, anónimo, global. Rebasará sus límites vitales y existenciales. Pero no se da cuenta de que cuando escriba ya no será la misma. Ella –encadenada al tiempo, y por tanto susceptible de evolución– no sabe quién será cuando pasen cuatro años. Tendrá que adivinar e interpretarse… (138-39)

La protagonista, convertida en narradora años después, va a revisitar momentos, conversaciones, mensajes grabados en el teléfono, cartas, correos… Por eso la narración no sigue un orden cronológico ni lineal. De hecho, en la segunda página aparece una nota invitando a la persona que lee a componer su propio itinerario de lectura. Dice así:

    Esta novela no empieza por el principio de la historia. Si prefieres saber cómo comenzó todo deberás saltar al capítulo II. Tal vez únicamente quienes estén viviendo el caos, la locura del desamor debieran aventurarse a través de sus inicios. ¿Volver? Cuando tú quieras.

    En realidad, los principios no son tan importantes como cuentan. Y los finales… los finales ya ni siquiera existen. Lo que importa es lo que pasa en medio. Mejor aún, lo que importa eres tú en medio de estas páginas.

Esta nota en cierto modo es un juego, incluso una estrategia: no quería que se me aburrieran los lectores más impacientes. Sí que es cierto que la persona que lee se convierte en cómplice. En el último capítulo, que se titula “Qué hay tras la última página”, se dice que “la historia seguirá tras la última página de este libro. Quizás, incluso, quienes hoy la leen pasen a formar parte de su continuación”. Y aparece la dirección de un blog al que se remite a los lectores, que probablemente tendrán cosas que aportar. Porque no hay un final cerrado, como no lo hay en la vida. La narradora anuncia que va al encuentro de un futuro que ha de hacerse presente. “Si sale bien, no volverá a estas páginas”. Se suspende ese paréntesis de la vida de afuera, un paréntesis necesario mientras ha ido escribiendo, se cierra la ficción, al menos momentáneamente.

Y con esto acabo mi intervención.




jueves, 15 de abril de 2010

MANUEL PIMENTEL PRESENTA EN SCNG "EL LIBRO DE LA ESCRITURA VITAL"



Todos podemos escribir la novela de nuestra vida, es el mensaje que encierra el último libro escrito por MANUEL PIMENTEL titulado EL LIBRO DE LA ESCRITURA VITAL y que presentará en SCNG el jueves dia 15 de abril a las 20.00 horas. El libro está editado por EDITORIAL ALMUZARA.


Una aportación singularmente original, que vincula literatura y vida


Tu vida es una novela en la que se entremezclan pasiones, ilusiones y frustraciones. Piénsalo. Ninguno de sus condimentos es ajeno a tu propia existencia. Tu vida es la novela que protagonizas y que escribes con tus acciones, tus decisiones y tus palabras. Escribes cada día su argumento con tus
actos.

Por eso, además de protagonista, podemos considerarte también como su escritor. Y si llamamos escritores a las personas que escriben novelas, bautizaremos como escritores vitales a las personas que aspiran a mejorar la novela de su propia vida. La escritura vital conlleva la capacidad de reconocer a nuestro personaje, de comprender en su conjunto la novela que vivimos, y la posibilidad de mejorarla a través de un método basado en las técnicas literarias y gramaticales de los grandes escritores. Este ensayo servirá tanto para los que buscan mayor plenitud en su vida, como para aquellos que desean mejorar su escritura gracias a la sabiduría emanada de la pasión por vivir.

Biografía

Manuel Pimentel Siles (Sevilla 1961). Ingeniero Agrónomo, Licenciado en Derecho, Diplomado en Alta Dirección de Empresas. Editor y escritor. Ha sido diputado en el Parlamento de Andalucía, Secretario General de Empleo y Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales. Ha publicado las novelas, Peña Laja, Monteluz, Puerta de Indias, La ruta de las caravanas, El librero de la Atlántida y El arquitecto de Tombuctú; los ensayos, El Talento y Los Otros Españoles. Los manuscritos de Tombuctú y los andalusíes en el Níger; y el libro de relatos La yurta. Ha coordinado varios estudios y monografías técnicas, y colabora como articulista en diversos periódicos y revistas.

Manuel Pimentel será su editor en este apasionante viaje, en el que se revela la importancia del lenguaje en nuestras vidas, hasta qué punto nuestras ideas se conforman a partir de las palabras, y por qué la novela es el vehículo más idóneo para afrontar la Escritura Vital. Un proceso fascinante, cuyas implicaciones prácticas van más allá de lo que podría imaginar.

Entrevista a Manuel PimenteL en IDEAL GRANADA: «La vida de cada persona es una novela»



viernes, 9 de abril de 2010

Andrés Cárdenas y Ana Mª García en la presentación de "La caza del Nigromante"



Para oir fondo musical pulsar en icono altavoz

Palabras de Ana María García, Editora Ejecutiva Dpto. Infantil – Juvenil, Editorial Everest, S. A.



Ana María García, A. Cárdenas y A. Martín Morales, en un momento de la presentación

Buenas tardes a todos y muchas gracias por haber venido.

Hace ya más de un año que Remo llegó, mejor dicho, invadió nuestras vidas. No es una exageración, pues tal es su fuerza que literalmente nos ha invadido a todos. Y digo Remo, y digo Antonio Martín Morales.

Recuerdo el día que Antonio vino a León a visitarnos. En la reunión estábamos presentes Raquel López Varela, La Directora de Publicaciones y yo. Antonio habló, nos contó, nos describió, nos explicó, del presente y del futuro de la historia, de los personajes, de sus sentimientos, de las luchas, de… todo.

Yo hablé muy poco. Le miraba sin pestañear. Cuando acabó la reunión y Antonio se marchó Raquel me comentó: le mirabas de una forma “extraña”. Yo le contesté: “No, le miraba alucinada”. Ya había leído el texto, pero él fue más allá, me hizo ver más allá. No había duda, Remo era nuestro.

Para mí, saber escribir es un don que solo poseen unos pocos y, Antonio, tú tienes ese don.

Por eso, Editorial Everest ha hecho una apuesta tan importante, porque sabe que una historia como la que iniciamos con LA CAZA DEL NIGROMANTE y que se desarrollará a lo largo de cuatro libros más, está destinada al éxito.

Tiene todo lo necesario para que así sea:

-Un ámbito geográfico (Vestigia y sus alrededores) tremendamente atractivo, por hostil y acogedor a la vez, con su propia historia, que actúa como marco de la acción y opera como un elemento de realismo que convierte al lector en un pasajero por esas tierras, un aventurero más.

-Enfrentamiento de poder.

-Códigos morales que justifican las acciones de nuestro protagonista y que nos hacen comprensible su heroísmo.

-Los sentimientos: En medio de un ambiente de continuos enfrentamientos y de miseria moral, los sentimientos del héroe cumplen el papel de humanizarlo, de mostrarnos su lado compasivo y su debilidad.

-Y por, supuesto, la fantasía: componente omnipresente que se circunscribe a tres ámbitos fundamentales: los poderes de la piedra de la espada de Remo, las criaturas fantásticas (que añaden colorismo a la acción) y las capacidades de Moga, con sus cualidades sobrehumanas (falsas o verdaderas, pero siempre efectistas ante los aldeanos y también ante el lector).

Permítanme, por último, resaltar lo que consideramos dos puntos fuertes de la novela:

-la destreza en la estructura del material narrativo, que impone al lector un continuo vaivén de tiempos y convierte a la obra en una especie de rompecabezas en el que poco a poco van encajando las piezas.

-el respeto absoluto a las convenciones del género fantástico: el autor demuestra haberse empapado de lecturas del género, lo que le posibilita una convincente recreación de las historias de héroes con tintes fantásticos.

No quisiera dejar de mencionar la magnífica labor del ilustrador Miguel Navia, que ha sabido recoger lo explícito e implícito, lo escrito, lo pensado, imaginado, del autor y de todos nosotros, cambiando, recreando, ensayando y adaptando… concretando de forma plástica y visual los elementos fundamentales de la historia.

Gracias, Antonio, por haber contado con nosotros y habernos dado la oportunidad de que esta maravillosa saga forme parte de Editorial Everest.

Y gracias a todos nuevamente por su apoyo. Por favor, no dejen de leer LA CAZA DEL NIGORMANTE.

Muchas gracias. Ana María García, Editora Ejecutiva Dpto. Infantil – Juvenil, Editorial Everest, S. A.


Intervención del periodista Andrés Cárdenas:


“Cuatro de los asesinos más habilidosos de toda Vestigia fueron contratados para acudir a una pequeña aldea llamada Pozo de Luna. Hasta que no se reconocieron entre la oscuridad de una posada rústica, no tuvieron certeza de que sus misiones coincidían en ser la misma...” Este es el intrigante comienzo de ‘La caza del Nigromante’, de Antonio Martín Morales, al que, en primer lugar, le agradezco que me haya elegido para decir unas palabras sobre su última novela. Lo he dicho varias veces, si hay un placer al que me niego a renunciar, es asistir a una reunión como esta para hablar de libros, y si es el libro de un gran amigo, mucho mejor. Y si encima es una librería en la que se ven volúmenes por todas partes, la dicha puede ser completa.


Conozco a Antonio desde que era un pimpollo, un proyecto de escritor, desde que se acercó a la redacción de IDEAL, periódico en el que por entonces yo era redactor jefe de Cultura, con su ilusionante primera obra bajo el brazo. Ahora lo conozco lo suficiente como para decir de él que ser escritor ya no es su vocación, sino el mejor modo de ser y de vivir la vida que ha encontrado. Decía en una carta Franz Kafka a Felice Bauer. “En este sentido escribir es un sueño más profundo. Como la muerte. Del mismo modo que no se saca ni se puede sacar a un muerto de su sepultura, nadie podrá arrancarme por la noche de mi mesa de trabajo”. A Antonio, y su esposa lo sabe mejor que nadie, es difícil que le arranquen de su ordenador cuando llega la hora en que tiene que escribir. Ha hecho, como digo, de la literatura su forma de vida, su manera de ser. Una de las cosas que me admira de este joven amigo es sus ansias de escribir, de dejar huella, de triunfar en este mundo tan hostil y a la vez tan apasionante como es la literatura. En más de una ocasión le he reprochado que no escriba tan compulsivamente y que no tenga tanta prisa por publicar, pero la impaciencia, esa bendita impaciencia de la juventud, es algo innato en él. De alguna forma yo también tengo que aprender de él y de ese ímpetu por no quedarte frenado con el roce de los fracasos. El es de esos impenitentes autores a los que no les importa que le rechacen un libro o que se queden con polvo en los anaqueles de las bibliotecas. Su razón de vivir es la escritura y todos los días se enfrenta a la vida desde las líneas que recogen su desbordante imaginación y su fantasía.


Me alegra enormemente de que haya elegido el mundo de la literatura fantástica porque es en esta donde los autores tienen el reto de la imaginación, algo que a él le sobra, le desborda y que le quita a veces el sueño, según me ha confesado en alguna ocasión. Toda persona en uso de razón conoce el limite entre lo real y lo irreal, entre lo posible de lo que no lo es. No obstante, al escribir un relato, el autor dispone de la libertad de hacer desaparecer dicho límite. Nada impide al escritor crear personajes, situaciones y entornos completamente irreales, y a nosotros se nos presenta el dilema de cómo clasificar ese tipo de relatos.


“Los relatos con acontecimientos irreales responden a una necesidad de evasión del mundo cotidiano, demasiado vulgar y desprovisto de sorpresas, nos hacen soñar en un mundo en el que todo es posible, donde la Tierra no es el único habitáculo del hombre porque este sale a la conquista de otros universos, situados unas veces en el mundo sobrenatural, otras en el cosmos y otras, simplemente, en el devenir misterioso de la humanidad.” La obra de Antonio Martín Morales analiza el tópico considerando que el relato con acontecimientos irreales gira en torno al humano. Podríamos agregar entonces que, en los relatos con situaciones irreales, al no haber límite alguno, puede que los protagonistas nada tengan que ver con la “humanidad”. Como por ejemplo, duendes, magos, o cualquier otra raza, cada uno con su respectiva misión dentro del ámbito irreal. Quizás lo que ellos escriben nunca pase, pero sin duda lo hemos imaginado y esa es una forma más de existencia. ¿Acaso no es El Quijote la obra cumbre de la literatura fantástica? Ha pasado el tiempo y en donde el famoso hidalgo viera gigantes en los molinos de viento Antonio Martín puede ver a magos que hacen conjuros y venenos y a brujas que te hacen ver cosas que no son reales.


El arranque de La caza del nigromante’, como he apuntado anteriormente, es poderosísimo, de los que te hacen decir que estás ante una obra que al menos merece el beneficio único habitáculo del hombre porque este sale a la conquista de otros universos, situados unas veces en el mundo sobrenatural, otras en el cosmos y otras, simplemente, en el devenir misterioso de la humanidad.” La obra de Antonio Martín Morales analiza el tópico considerando que el relato con acontecimientos irreales gira en tomo al humané. Podríamos agregar entonces que, en los relatos con situaciones irreales, al no haber límite alguno, puede que los protagonistas nada tengan que ver con la “humanidad”. Como por ejemplo, duendes, magos, o cualquier otra raza, cada uno con su respectiva misión dentro del ámbito irreal. Quizás lo que ellos escriben nunca pase, pero sin duda lo hemos imaginado y esa es una forma más de existencia. ¿Acaso no es El Quijote la obra cumbre de la literatura fantástica? Ha pasado el tiempo y en donde el famoso hidalgo viera gigantes en los molinos de viento Antonio Martín puede ver a magos que hacen conjuros y venenos y a brujas que te hacen ver cosas que no son reales.


El arranque de La caza del nigromante’, como he apuntado anteriormente, es poderosísimo, de los que te hacen decir que estás ante una obra que al menos merece el beneficio de la lectura. Cuatro asesinos que se juntan sin querer en una taberna y que van en busca del mago Nigromante para matarlo y cobrar la recompensa. Remo es un personaje esencial, bien retratado y mejor concebido. Ese antihéroe es capaz de seguir las fórmulas más eficaces de la violencia y a la vez ser tierno con Sala, a la mujer que es capaz de salvar porque no entra dentro de su concepción violenta de la vida. El ritmo de la obra es ágil, frenético incluso, de los que a veces te deja sin respiración porque esperas el desenlace de una situación cuatro o cinco líneas más adelante. El libro, que estrena la serie de cinco, narra las aventuras de Remo, en el pasado un prestigioso guerrero, que se ve obligado a malvivir como un mercenario proscrito desde que sufre la traición de su mayor enemigo. A diferencia de otras novelas fantásticas, ‘La caza del Nigromantes «sumerge al lector en un mundo dominado por las características de los personajes, todos ellos marcados por rasgos que les hacen héroes y antihéroes, en el fondo, tan real como la vida misma. Creo que Antonio, ya convertido en fantástico, ha encontrado ese camino a seguir que todo escritor espera algún día encontrar. Que esa sea tu senda, amigo, como diría Remo.


Andrés Cárdenas, escritor y periodista del diario IDEAL

- Para saber más:

- La caza del Nigromante, de Antonio Martín Morales

lunes, 5 de abril de 2010

"La horda del Diablo" llega a la SC Nueva Gala

El periodista Andrés Cárdenas entrevista a ANTONIO MARTÍN MORALES: "Planteo un mundo fantástico propio" IDEAL, 08/04/2010





Los amantes de la fantasía épica tienen una cita el próximo jueves, 8 de abril, en la Sala Cultural Nueva Gala (SCNG). La excusa es la presentación de “LA CAZA DEL NIGROMANTE”, volumen 1 de la pentalogía “La Horda del Diablo” escrita por el Antonio Martín Morales (Granada, 1978). A partir de las 20 horas.






Ver noticias relacionadas:
- IDEAL GRANADA: "La Horda del Diablo", la última aventura del granadino Antonio Martín Morales

- IDEAL JAÉN: Guerreros, seres fantásticos y héroes abren la pentalogía 'La horda del diablo', de Martín Morales

Más información:

Website del autor: ANTONIO MARTÍN MORALES

viernes, 2 de abril de 2010

MARTIN FAVELIS EN SALA CULTURAL NUEVA GALA




El humorista argentino afincado en Granada presentó en Sala Cultural Nueva Gala su libro "Planeta Favelis". En el acto estuvo acompañado de Francisco Martínez (Pacurri) director de la Sala y de sus amigos Andrés Sopeña y Jesús Lens de los Monteros.